La receta y el milagro

Pep tenía la receta adecuada para frenar a este Barça. Sabía que tenía que achicar espacios, sobre todo en el centro del campo, y para ello ordenó a tres veteranos (Schweinsteiger, Xabi y Lahm) para romper ese juego del Barça que él en su tiempo creó. Al principio no le salió del todo bien, por lo que decidió cambiar la defensa de tres por una de cuatro, lo que hizo al Bayern sentirse más cómodo. Así que Guardiola iba logrando lo que se había propuesto: mantener su portería a cero.

Pero al final sucedió lo que el técnico bávaro ya vio venir y advirtió en la conferencia de prensa previa al choque. “No hay defensas ni sistemas que puedan parar a Messi”, dijo el míster. Y así fue. El astro argentino se inventó él solo dos goles y sentenció la eliminatoria en apenas cuatro minutos. Desde Alemania no hay demasiadas esperanzas para el encuentro de vuelta. Lo único que puede ayudar al Bayern es un milagro, pero los que suelen conseguirlos siguen estado de baja..