Un Giro para ver y disfrutar

Comienza el Giro. Una carrera grande donde las haya, aunque queramos subestimarla por eso de que el Tour es el Tour, y la Vuelta es lo nuestro. No hay necesidad de establecer un orden ni de hacer comparaciones. Cada carrera tiene sus peculiaridades y su momento. El interés va también en función de los participantes, y este año el Giro se nos presenta especialmente atractivo, porque es uno de los objetivos que se ha planteado Contador en la temporada. El Giro, además, tampoco es como años atrás, cuando el pelotón dormitaba hasta que la televisión conectaba, la carrera era dominada por el italiano de turno —hasta siete se repartieron los Giros entre 1997 y 2007 — y ciclistas de nivel medio se permitían acompañarle en el podio.

El Giro tiene montañas colosales, y este año no es excepción. Hay seis finales en alto. Dos en la primera semana para que la carrera se mueva desde el principio, y cuatro en la última para rematar. Con una novedad: hay etapas con puertos durísimos —el Mortirolo, sin ir más lejos— a pocos kilómetros de la meta. Contador sale a ganarlo. Y Urán. Y Aru. Y Porte, que está tremendo este año. Mas alguno que saldrá por ahí. Un Giro para ver y disfrutar. Hay que celebrar que TVE haya recuperado la carrera y la transmita por Teledeporte. Contador reconoce que influyó en la decisión. Si quiere que toda España le vea, será por algo. Tiene el doblete Giro-Tour en la mente, y quizá hasta algo inédito: el podio en las tres grandes. El espectáculo comienza ya.