La chilena canaria

Pedro combina algunas virtudes que proceden de su alma noble de canario del sur. Una de ellas, de la que parten todas, es la generosidad; ni un mal gesto, ni un desdén, ni una amenaza mientras ocupa en el banquillo la difícil tesitura del suplente seguro pero perpetuo. Es, además, cooperativo, buena persona en el vestuario y en la calle, un chiquillo que ha madurado en el éxito y éste no se le subió nunca a la cabeza. Se hizo azulgrana con Guardiola, que lo acogió en su fútbol y en su espíritu.

No es extraño su carácter: muchos canarios son así, tímidos y sensatos, tranquilos y eficaces, en el trabajo y en la vida. Su gol de ayer tarde, esa chilena canaria como dijo Flaqui en Carrusel, no sólo lo reivindica para el futuro sino que consolida la calidad que exhibió tantas veces en el pasado. El Barça le debe un homenaje, y una restitución. Este gol vale más de lo que parece, por su belleza noble, por su enorme espíritu de sacrificio en el juego y en el equipo.