Torres sí sabe sufrir

Sufrimiento. El año pasado el Atlético llegó al Ciutat de Valencia con la idea de dejar medio sentenciado el título. No pudo conseguirlo, pues acabó derrotado. En esta ocasión el equipo de Simeone acudía con el objetivo de ganar y asegurar la tercera plaza. Tampoco pudo lograrlo, aunque el punto conseguido puede ser de vital importancia. Al Atlético se le atraganta este estadio, no es ningún secreto. Pudo ganar, pero también perder y al final el 2-2 se antoja hasta bueno. Desde la temporada 2007-08, el Atlético no gana allí. Los del Cholo siguen con cuatro puntos de ventaja sobre el Valencia a falta de dos jornadas. El empate del Sevilla hace que esté asegurado matemáticamente acabar entre los cuatro primeros.

Salvador. Y si hay alguien que se crió en esa cultura rojiblanca del sufrimiento, de saber lo que cuesta conseguir las cosas, es Fernando Torres. El Niño entra y sale del equipo, unos días es titular y otros empieza los partidos desde el banquillo. Pero siempre aporta algo al equipo. Marcó ante el Levante y es el undécimo jugador del Atlético en la clasificación histórica de goleadores del equipo rojiblanco. Con el de ayer son 97 goles los que ha hecho de rojiblanco. Igualó a otro futbolista que fue alguien en la entidad, Rubén Cano. Esta temporada lleva seis goles, tres en el campeonato y tres en Copa. En la anterior salida del Atlético, en el encuentro ante el Villarreal, también marcó. Al final, los goles del Niño le están dando alegrías al conjunto madrileño. Para eso se le fichó. Y por eso llegó al Atleti. Porque es diferente a todos, porque marca en campos complicados y en situaciones diferentes. Él sufrió cuando el equipo no iba a Europa. Ahora sufre por objetivos mayores, por acabar en el podium liguero. Torres celebró su gol a lo grande, consciente de que ese gol puede valer su peso en oro.

La lucha. No fueron los 9.000 de la pasada temporada, pero sí hubo amplia representación rojiblanca en el feudo del Levante. Unos 1.000 seguidores animaron al Atlético y le dieron alas a los rojiblancos para intentar la victoria. Ver esa marea de gente rojiblanca en cualquier parte de España, y también en el extranjero, es lo que a uno más le llena de orgullo.

Pesimismo. No está el equipo para grandes proezas, esa es la verdad. La temporada ha sido larga, empezó ganándole al Real Madrid la Supercopa de España, y se notan los partidos y el desgaste de tantos meses de competición. Pero no hay motivos para el pesimismo. Quedan dos partidos y hay que ganar uno. Este Atlético ha ganado títulos en peores circunstancias que ahora. Y cuanto más difícil lo ha tenido, más ha sacado su orgullo de campeón. El domingo llegará el Barcelona y si quiere ganar deberá sudar tinta china. El Madrid y sus rollos me dan igual. Por cierto, fracaso, lo que se dice fracaso es lo del vecino. Millones y millones en fichajes para que la Liga... se la lleve el Barça este año, el Atleti el anterior, el Barcelona hace tres...

El filial. El Atlético B descendió a Tercera División. Uno vivió de chaval la etapa dorada de las matinales del filial en el Calderón. El estadio registraba entradas memorables para ver al filial y a los futuros jugadores rojiblancos. Miguel Ángel Ruiz, que ha entrado en el club para arreglar el desaguisado de la cantera, sabe bien lo que era aquello. La etapa de Julián Muñoz en el Atlético ha derivado en esto. Los responsables del fútbol base de la entidad sabrán los motivos por lo que han consentido todo lo que ha pasado allí. El Atleti se merece otra cosa. Como la fiesta que se vivirá el domingo. Por mucho Barcelona que venga. No olvidemos que el Atleti es el vigente campeón. Y lo es por partidos como el del próximo domingo.