El lujo de un gran premio en casa

Durante el GP de España del pasado fin de semana, el Circuito de Barcelona anunció la renovación de su acuerdo con la Fórmula 1 para mantener la prueba hasta 2019. Hace no mucho la noticia habría carecido de mayor trascendencia, pero creo que ahora debemos valorarla de forma muy positiva a la vista de lo que está ocurriendo en otros países… e incluso en el nuestro. La cita de Valencia se esfumó y dar por hecho que Montmeló seguiría en el calendario era más lo deseable que lo seguro. Ahora ya sabemos que será así y debemos felicitarnos por ello, las dificultades para mantener grandes premios en Europa son cada vez mayores y ahí tenemos el ejemplo de Alemania para constatarlo (sin olvidar que Italia, con un escenario legendario como Monza, parece que también peligra).

La gestión del equipo que encabezan Vicente Aguilera, como presidente del Consorcio del Circuito, y Salvador Serviá, como director de la instalación, está siendo indudablemente acertada. Se impusieron el objetivo de hacer viable el GP de España y lo han conseguido, no sin poco esfuerzo y con mucho ingenio. La clave de su éxito, propiciada por la ubicación geográfica del trazado catalán, se ha basado en buena parte en buscar los ingresos por venta de localidades más allá del aficionado español, muy condicionado en estos tiempos de crisis que nos ha tocado vivir. Organizando un evento modélico en todos los aspectos y relacionándolo con el interés turístico de su zona de influencia (con el valioso gancho de la Ciudad Condal) la afluencia de espectadores extranjeros facilita que los números salgan y todos podamos seguir presumiendo de un gran premio en nuestro país. Enhorabuena por el éxito…