Bale no está cómodo

Bale sufre el síndrome de ‘trabajo pequeño, jugador grande’. Llegó con etiqueta, traspaso y aura de jugador grande, pero le han pedido esfuerzos que pertenecen a otro tipo de futbolista. Le exigen que corra la banda arriba y abajo, que se mueva alrededor de Cristiano, que ponga centros pero desde la derecha: así no se hizo famoso. No creo que esté a gusto. Ese trabajo pequeño no le sale bien. Si no hace eso, se le ve menos, toma peores decisiones, los compañeros se lo piensan al cederle el balón. A no ser que se adueñe de esa parcela de influencia, no acabará por ser un grande en el Madrid.

Ayer, sin balón, le tocó ser el cuarto centrocampista y obedeció, corrió, pero eso suponía que al echarse atrás no podía participar de la contra como querría. Aceptó tener poca influencia en la construcción pero, a partir del 1-1, apareció en el segundo palo para cabecear, chutó, centró e hizo ese trabajo pequeño con el esfuerzo de un grande. Así sí aunque no diera para ir a Berlín.