Liga para el Barça, Euroliga para el Madrid

El Barça remató el campeonato en el Calderón, con una perla más de Messi, que metió uno de sus goles de brujo. Lejos de allí, en Barcelona, el Madrid dejó sus últimas esperanzas junto a un ‘hat trick’ de Cristiano que, una vez más, podrá decir que por él no ha quedado. La Liga, en puridad, estaba resuelta desde el empate del Valencia en el Bernabéu. Ya era cosa de que el Barça ganara uno de los dos partidos que le quedaban y fue el primero. Lo ganó bien, pese a la ausencia de Luis Suárez, en descanso obligado. El Barça termina la temporada en gran forma y con tiempo para preparar sus dos finales.

Porque ahora viene eso, las dos finales, la de Copa, en el Camp Nou, y la de Champions. En ambas hay que suponerle favorito, tal y como está. Huele a triplete. De ahí la importancia que para el madridismo tiene la reconquista del título europeo de baloncesto, que se produjo en el mismo día y ciudad, con sólo una hora de diferencia, que la conquista de la Liga por parte del Barça. El baloncesto no es el fútbol, ni la Euroliga es la Champions. Pero esa sección es muy grata al madridismo, siempre se sintió orgulloso de ella. Y el baloncesto del Madrid supo cumplir cuando se sintió necesario, no despreciado.

Ahora ha visto que era más necesario que nunca, por lo arrasado que estaba el ánimo tras dos bruscas y graves decepciones en fútbol y ante el agigantamiento de la figura del Barcelona. Recupera un trono que no ocupaba desde hace veinte años. Eso deja un consuelo a los madridistas en días muy malos. Pero puede también dejar una enseñanza a Florentino: en esta sección no es intrusivo, el baloncesto lo manejan los que saben. Se mantiene un entrenador, un proyecto, se retoca el equipo con tacto y según necesidades. Ahí permite hacer las cosas de otra manera. Sin sus ventoleras.