El Deportivo llega al Camp Nou con el agua al cuello, pero consciente de que la gran fiesta culé abre una ventana a la esperanza que hoy estaría cerrada si el Barça se jugase el título. Por eso harán encantados el pasillo al campeón. Aplausos a rabiar a Xavi, a la copa de la Liga, a Luis Enrique y a lo que haga falta hasta que ruede el balón. Hace no demasiado, en 2011, los blanquiazules ya formaron la doble hilera en el Camp Nou en la penúltima jornada de Liga jugándose la vida. Y no les salió mal. Homenaje a Guardiola y los suyos y un 0-0 que olía a una salvación que se estropeó en Riazor ante el Valencia (0-2) en el último partido. Cualquiera en A Coruña firmaría repetir la historia, porque se tiene la firme convicción de que empatando habrá permanencia. Quizá ganar en el feudo culé antes de la final de Copa y Champions sea demasiado. Quizá intentar aguar demasiado la fiesta despierte el día equivocado a la fiera.

Ofensas al margen, en el Depor se tiene claro que la batalla de la intensidad debe ser blanquiazul. El equipo se juega la vida y el Barça se jugará los títulos los dos próximos fines de semana, no esta tarde. Las numerosas bajas en los laterales han obligado a Víctor a modificar su once porque lo del sistema, estaba previsto. Apostará por un diseño más ofensivo de lo que parece con Lucas, Salomão y Cavaleiro. Y puede que también lo haga porque será muy complicado puntuar sin marcar. El técnico madrileño ha devuelto el alma perdida al equipo y su ambición (y trabajo) han calado en el vestuario. Un doblete suyo dio al Depor hace 14 años la primera victoria de su historia en el templo blaugrana (2-3). ¿Por qué no lograr en el mismo escenario la soñada permanencia? La misión comenzará con un pasillo al campeón con el objetivo de que 90 minutos después, el pasillo sea para un Depor de Primera. ¡Qué vivan los pasillos!