Más vale tarde que nunca”, así definió Carletto la merecida, emocionante, espontánea y tardía ovación que le dedicó el Bernabéu a Casillas en la última oportunidad de la temporada. Después de un montón de tiempo en el que una minoría ha hecho mucho ruido y ha dispensado un trato lamentable al capitán, la mayoría silenciosa se decidió a premiar al mejor portero de la historia del club. Fue un reconocimiento que salió de las tripas del madridismo, muy por encima de la tregua ficticia y pactada por interés el día de la Juventus. El portero tendrá que decidir ahora lo que quiere hacer la próxima temporada, pero ese último recuerdo ya no se le borrará nunca.

Es insuficiente para los méritos que ha hecho, pero es que veníamos de una situación viciada en la que una minoría dirigida de la afición madridista le estaba tratando de manera indecente. Te lo mereces portero. Como también te mereces decidir tu futuro de manera libre y responsable.