Hace mucho años que no veía tan irritados a mis colegas británicos. Puede que en 2007, cuando Alonso y Hamilton compartían box. Y me quedo con el puede. Me cuentan que hasta han silbado a Rosberg cuando celebraba alborozado el triunfo. ¡Y qué quieren que haga el chico!, ¿que en vez de descorchar el champagne se rompa la botella en la cabeza? Además no celebraba una victoria cualquiera, era la tercera consecutiva, un hat trick en Mónaco como en su tiempo hicieron Graham Hill (1963, 64 y 65), o Alain Prost (1984, 85 y 86), aunque todavía lejos de los cinco sucesivos de Ayrton Senna (1989, 90, 91, 92 y 93). Al César lo que es del César. ¿Y por qué estaban tan enojados? No crean que la han tomado con Toto Wolf, gran responsable del error.

La han tomado con Verstappen, culpable de que el safety car saliera a pista. Adolescente, inexperto, aprendiz... No estoy de acuerdo con que a los 17 años conduzca un F-1, pero tampoco con que se le culpe del fracaso de Hamilton, dejando a Wolf impune. Lo siento por los británicos, pero sólo se puede atribuir el error a Mercedes, a quien por cierto no le disgusta nada hacerlo a favor de un compatriota (habladurías). Si a Verstappen se le puede calificar de algo es de grandísimo piloto. Cada vez me gusta más. Al igual que Carlos Sainz. Del pit lane al décimo, es una gesta considerable. Como la paliza que le ha metido Roberto Merhi a Stevens. No hay color. En cuanto a Alonso, gilisanción al margen, me quedo con lo de "vaya putada". Ánimo.