Ni tan siquiera Mercedes es infalible

El clamoroso error de Mercedes en el GP de Mónaco diría que es más inexplicable que inaceptable. Cuesta entender cómo la escudería hegemónica dela Fórmula1 actual es capaz de cometer un fallo de semejante magnitud, lo que al mismo tiempo nos recuerda que nadie, ni siquiera los mejores, es infalible. Imagino que en ocasiones el despliegue tecnológico de este deporte es capaz de neutralizar al más puro sentido común y la presión del triunfo es tanta que llega a enmascarar obviedades accesibles incluso para un aficionado desde el sofá de su casa. Casi un lustro después, por ejemplo, seguimos sin comprender en qué estaban pensando en Ferrari cuando hipotecaron la estrategia de Alonso en Abu Dhabi 2010 y le dejaron sin el que hubiera sido su primer título mundial vestido de rojo, así que resulta evidente que en todas partes cuecen habas.

El tremendo enfado de Lewis Hamilton sí fue comprensible, aunque personalmente me pareció algo sobreactuado en el podio de Montecarlo. Ganar un gran premio nunca es fácil y menos éste, pero creo que ciertos asuntos se resuelven mejor en privado que exhibiendo en público su lógica decepción. Parecía que había perdido el título mundial, precisamente el mismo que ese equipo que erró el domingo le ayudó a conseguir el pasado año. Después lo arregló con su acertada declaración de “perdemos todos” y ésa es justo la actitud, la de hacer piña en lo bueno y en lo malo… sobre todo cuando hay mucho más de lo primero que de lo segundo. Además en este caso concreto diría que la solución para Mercedes es sencilla: si deciden que deben compensar a su campeón tendrán seguramente alguna oportunidad para hacerlo a costa de Nico Rosberg. Aunque tampoco creo que fuera justo…