Carlos Mendoza

Alternativa a Ancelotti, ¿y por qué no a Florentino?

La destitución del entrenador del Real Madrid Carlo Ancelotti ha puesto de manifiesto por enésima vez, la debilidad del presidente del club, el Sr. Pérez. A la colección de entrenadores depuestos y devorados por sus caprichosos deseos se le une una cabeza más. La lista la inició con Del Bosque, al que no quiso aun habiendo ganado unos días antes la Liga, además de otros triunfos como la Champions. Siguieron desencuentros posteriores y una flagrante pérdida de rumbo en donde encontramos en la lista a Queiroz, Camacho, García Remón y Luxemburgo. Incluye la derrota modelos de dirección distintos experimentados conforme surgían ocurrencias en su cabeza como Sacchi, Floro o la extravagancia de nombrar vicepresidente a Emilio Butragueño, a sueldo del propio club, una vez se deshizo de Valdano. En su segundo período, llegando como ‘El Deseado’, en su pseudo “Manifiesto de los Persas” en el Hotel Ritz, dijo ente otras cosas que aunque había expresado que no volvería a la presidencia del club sin dejar antes la del Grupo ACS, que de eso nada. Y que los felones que habían causado tanto daño al club pagarían las consecuencias. De esto último tampoco nada, aunque cada año decía que al siguiente dicha afrenta se resolvería con el trabajo de la Comisión de Disciplina Social, que no saben de Derecho pero alguno es usuario de tarjeta opaca de Caja Madrid. Se encontró con Cristiano Ronaldo fichado por Mijatovic y dijo que era muy caro y revisaría su contrato. La penalización en caso de no ejecutarse le disuadió a regañadientes. Su apuesta era otra y se llamaba Kaká. A éste unos años después no lo quiso vender al tener oferta, porque al parecer era muy baja. En realidad su amortización, en el inmovilizado intangible deportivo de las cuentas, tendría que haber imputado unas pérdidas cuantiosas que automáticamente irían contra su aval. Con dinero del club, que no suyo, pagó la cláusula de rescisión del contrato de Pellegrini. Parecía una apuesta por dicho entrenador. Unos meses después cambia de opinión y pagó otra vez su cláusula de rescisión, pero para echarle del Madrid. Decide que nuestro querido club pague entonces la de Mourinho para traerlo. Unos meses después, el Madrid pagó la cláusula de rescisión del contrato de Valdano con el fin de despedirle. Adujo entonces que era para “evitar disfuncionalidades” e implantar un “modelo inglés”, inédito en nuestra historia. Valores del Madridismo fuimos los primeros en denunciar en estas páginas el comportamiento de este entrenador portugués. Don Florentino aguantó sus exabruptos sin censurarlos y la cizaña que sembró dividiendo al madridismo hasta que terminó deshaciéndose de él. Convocaba Elecciones y temía a cierto posible candidato. Mientras ha venido aumentando la deuda año tras año. El último la ha incrementado en el 20%. Decidió que había que pagar la cláusula de rescisión de Ancelotti, como su penúltima apuesta. El pasado lunes anunció su salida. Pero dijo que no sabía por qué. Contestó “No lo sé”. Como no puede ser de otra manera porque no existe una política deportiva en el Real Madrid. No hay una definición del estilo propio, con una misión, unos objetivos y una estrategia para conseguirlos. Ni hay valores y principios que sirvan de guía. Esta política dotaría de estabilidad deportiva al club y le proporcionaría fijeza, con jugadores que se construyen y forman para desarrollarla. Eso hace que en un club como el Barcelona, inmerso en una crisis formidable, el vestuario sepa qué hacer y se dispongan a ganar. En el nuestro se lesiona uno (Modric) y los demás ya no lo saben. ¿Alguien duda que nuestro club está regido por un régimen autocrático y personalista, que no presidencialista, que significa otra cosa y hace referencia a la elección directa del presidente? Don Florentino es el único decisor, no la Junta Directiva. Sus miembros oyen y aprueban lo que propone don Florentino. Los criterios no son institucionales. Si los socios somos los dueños del club, y no queremos que se marche Ancelotti, para que haya continuidad, porque es caballeroso, porque es competitivo, porque ha ganado la Décima y porque le gusta nuestro club y nuestra ciudad, ¿por qué este penúltimo gesto césareo dictatorial? Dice que es para dar un nuevo impulso. ¿Deberíamos los socios empezar a pensar en aplicarle a don Florentino su medicina, y buscar ese impulso cambiando la presidencia? ¿Buscamos una alternativa seria que devuelva el gobierno del club a sus socios, sus verdaderos dueños, y evite que los jeques árabes pongan el nombre “que quieran ellos” a nuestro sagrado estadio? Por ejemplo.

Carlos Mendoza.

Socio compromisario del Real Madrid. Presidente de la Asociación por los Valores del Madridismo.