Estará feo por mi parte, porque no lo he vivido todo en el Athletic, pero creo firmemente que el de hoy es el mayor reto en la historia del club. Ni siquiera la victoria de los Once Aldeanos en 1958 es comparable por la diferencia de potencial entre equipos. Valverde se enfrenta a un Barça lanzado, tremendo en la pegada. Y le tiene que hacer frente sin Muniain ni el futbolista que puede correr a la par que Neymar, De Marcos. Los leones no tienen miedo, sino respeto, pero en calidad están lejos.

Luego está el ambiente. La afición rojiblanca va a mandar en el Camp Nou. Ya lo hacía ayer en la Ciudad Condal. Hace falta valentía para mandar a 50.000 aficionados a una misión que se antoja imposible. Su fuerza será clave para igualar las fuerzas. Que el Barcelona se sienta fuera de casa es un gran paso hacia la victoria del Athletic. En Bilbao se ha pasado de un estado de pesimismo a una creencia en que sacar la gabarra es factible. Es admirable que con soldaditos de plomo se piense en derribar a Messi y compañía. Y esa es la grandeza de este club, que saca fuerzas de flaqueza y aunque haya quien crea que con Bosman se acabó el Athletic, ahí está jugando tres finales de Copa desde 2009. Y eso no se lo quita nadie.