Su lucha ya es contra la historia

Antes de nada quiero hacer una confesión, acompañada de unas disculpas. Cuando el sábado saltó Mikel Landa en la Finestre y vi flaquear a Alberto Contador, sentí lo mismo que si hubiera atacado un kazajo. No fui el único, lo puedo asegurar, porque presencié reacciones similares a mi alrededor. No sé cómo se vivió en Italia, pero en España esa fue la sensación generalizada. Tras este arranque de sinceridad, aprovecho también para admitir que es lo mismo que he sentido otras veces cuando Rafa Nadal jugaba contra David Ferrer, Nico Almagro o Fernando Verdasco. Desde el punto de vista del aficionado al deporte, no percibía en mí esa imparcialidad que se supone hemos de tener cuando están en liza dos españoles. Me pregunto por esta preferencia por Contador o Nadal y sólo encuentro una respuesta. Ambos son dos deportistas universales, que desde hace un tiempo no compiten sólo por ganar una carrera ciclista o un torneo de tenis, sino por dar un paso más en la historia. Contador ya no está rivalizando únicamente con Landa o con Fabio Aru, Contador ya sale a competir contra Bernard Hinault, Eddy Merckx, Jacques Anquetil o Miguel Indurain.

Esta confesión no me produce la ceguera de no reconocer el gran Giro de Landa, que emerge con 25 años en un momento en el que Contador, Alejandro Valverde o Purito Rodríguez apuran sus últimas pedaladas. Así que reitero mis disculpas porque donde yo vi un kazajo, en realidad está el futuro del ciclismo español. Ojalá algún día también luche contra la historia.