Las aguas están revueltas en Chile en los días previos al inicio

Denuncia. Sergio Jadue, presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional (ANFP), debería andar dichoso por la vida. Mal que mal, restan seis días para el inicio de la Copa América y él será el anfitrión. Pero el hombre fuerte del fútbol chileno no ha podido gozarlo. La denuncia hecha por la fiscalía de Nueva York, esa que acusa a nueve de las 10 federaciones de la Conmebol de recibir sobornos disfrazados como derechos de televisión, despertó las sospechas de los clubes. El lunes, los dirigentes de Colo Colo, Universidad de Chile y Universidad Católica, se reunieron con Jadue para exigirle dos auditorías externas: una contable y otra legal. Otros directivos han pedido públicamente que se inhabilite mientras se aclara el tema. “Es absurdo dar un paso al costado”, dijo el presidente. Hoy habrá consejo de presidentes, sin acceso a la prensa, y la mayoría de los clubes podrían exigirle formalmente las auditorías e, incluso, su salida.

Bachelet. La presidenta Michelle Bachelet estuvo en duda para asistir a la ceremonia inaugural. El miércoles pasado, cuando estalló el FIFAGate, la ministra de deporte, Natalia Riffo, dijo que “no era seguro” que la mandataria estuviera presente. Este martes, Bachelet les quitó el dolor de cabeza a los organizadores al confirmar su asistencia… Eso sí, regresará al país 18 horas antes de la inauguración.

Sampaoli. Si Jadue está complicado con el FIFAGate, el seleccionador de Chile Jorge Sampaoli lo está con la prensa. La semana pasada estableció el centro de operaciones con el equipo en el Monasterio Celeste, del club O’Higgins de Rancagua, en una zona rural a 100 kilómetros de Santiago. No contento con irse al campo, mandó cerrar el único camino de acceso, a un kilómetro de distancia de la cancha. El alcalde de Requínoa, la localidad donde está el Monasterio, debió firmar un decreto que ordenó el cierre temporal del callejón de tierra y los vecinos debían identificarse con su DNI para poder transitar. A Sampaoli casi le dio un infarto cuando un dron de la televisión chilena sobrevoló el lugar. Inmediatamente, suspendió la práctica. Esta semana, de regreso en Santiago, tomó una medida inédita: solicitó cerrar las calles aledañas a Juan Pinto Durán, el búnker histórico de La Roja. Habrá que esperar si la comuna de Macul acepta y emite el decreto.