España-Brasil, la prueba del nueve

La Roja voló a Bielorrusia, con un ambiente mucho mejor, me cuenta Maroto, del que se vivió en el estadio. En ese vuelo viajó lejos la cuestión de la euforia equívocamente formulada de Piqué, que tanto ruido ha hecho. Se acabó. Ahora lo que viene es un partido-llave en la clasificación del grupo, un jalón más en la reconstrucción del equipo que se nos averió en Brasil. Allí jugará Casillas, ya se sabe. Pero esa sí que no es cuestión terminada. Ahora sabemos que el United quiere a Oblak para soltar a De Gea, lo que contamina el problema del Madrid al Atlético. De esto sí que vamos a seguir hablando más días.

Pero de momento la mirada se va a Canadá, concretamente a Montreal. Allí juegan las chicas contra Brasil, nada menos. Brasil es otra cosa. Ha jugado los seis mundiales femeninos celebrados hasta la fecha y no ha ganado ninguno, lo que casi es peor. Una vez fueron subcampeonas, en la edición de 2007, que se disputó en China. Cayeron en la final frente a Alemania. Es una selección que juega muchos partidos, está muy acoplada, tiene a Marta, que ha ganado cinco Balones de Oro y a la veterana Formiga, de 37 años. El primer día ganaron a Corea del Sur, con un gol de cada una de ellas.

España cambia. Ante Costa Rica hizo unos experimentos Quereda que no convencieron. El peor, meter a Vero Boquete demasiado arriba, donde se mueve peor. Su juego luce entre líneas, y ahí la veremos hoy. Natalia jugará de referencia, no en la banda, como el otro día. Y se supone que volverá a ocupar la media la pareja Virginia-Vicky y que en la defensa no faltará la veterana Ruth, una de las capitanas. Pese a los experimentos, España pudo ganar a Costa Rica, dicho sea en honor a la verdad. Lo vieron un millón en Teledeporte. Les animo a repetir y a animar a conocidos. Merecerá la pena.