Schörgenhofer acertó en las áreas

El austríaco desarrolló una aceptable labor, aunque tuvo que sacar dos tarjetas rápidamente. La primera se la mostró, en el minuto 6, a Bordachev en una muy peligrosa entrada con los tacos por delante a Silva y la segunda, en el minuto 20, a Nekhaichik por el tercer agarrón consecutivo que realizó sobre Jordi Alba. Sin embargo, un minuto después se la perdonó a Kysliak por una durísima entrada al tobillo de Alba. Luego, en la segunda parte, sacó tres tarjetas: a Morata (por una entrada peligrosa por detrás), a Pedro (por movimientos con los brazos que conectaron con la cara de un contrario) y a Silva (por entrada peligrosa).

Se pide en el 26’ un posible penalti de Shitov, que se tira dentro del área a cortar la penetración de Silva, pero que no le derriba. El español, al intentar sobrepasarle, tropieza con el defensa y cae. No existe penalti. Tampoco lo hay de Martinovich cuando dentro del área pone el pie en el suelo y Morata al intentar rebasarle choca con él. En el 59’ hay una jugada dentro del área de Pedro en la que Shitov se tira a ras del suelo y el balón, aunque no hay repetición, parece que le da en el brazo y con el árbitro muy cerca, que interpretó que no era penalti.

Dureza bielorrusa. La verdad que el austríaco, de nombre enrevesado, Robert Schörgenhofer, estuvo bien físicamente, siguió el juego de cerca, pero fue algo blando con los jugadores de Bielorrusia, quienes se excedieron en varias fases del partido con entradas muy duras, aunque al principio sí cortó dichas acciones. Pero en la segunda parte amonestó a tres jugadores españoles.

No influyó en el resultado final, aunque los asistentes le fallaron ya que en el gol que anuló en el minuto 48’, de Volodko, no levantó el banderín y tuvo que ser el mismo árbitro principal quien señalase el claro fuera de juego.