Un milagro ganado a pulso

Hazaña en Montilivi. Hazaña memorable del Real Zaragoza que tardará en olvidarse. Quizá nunca. El equipo aragonés estará en la final del playoff del ascenso después de un partido épico en Girona, remontando el 0-3 de la ida en La Romareda y agitando como nunca el orgullo del zaragocismo, tan castigado en los últimos tiempos, y tan necesitado de alegrías extraordinarias. Cuando casi nadie creía en el milagro, Popovic recordó en las vísperas la gesta del Liverpool frente al Milan en la final de la Copa de Europa de 2005. Y se cumplió su vaticinio. El Zaragoza no había marcado cuatro goles fuera de casa en toda la temporada y lo fue a hacer en el momento más oportuno, el día más preciso. Marcó cuatro goles en 66 minutos, un verdadero vendaval que se llevó por delante al Girona y dejó en anécdota la negligencia de Whalley en el encuentro de ida.

Sí, el Zaragoza rompió todos los pronósticos, se ganó el milagro a pulso y estará en la eliminatoria final frente al Las Palmas. La Romareda reventará el miércoles para ayudar al equipo a dar el último paso. Hace diez meses el Zaragoza caminaba irremediablemente hacia su disolución; ahora tiene la Primera División a dos partidos. El sueño está más vivo que nunca.