Segundo cero consecutivo de Márquez. Un mazazo para sus aspiraciones de renovar el título de MotoGP, se queda ya a 69 puntos del liderato de Rossi y a uno menos de la segunda posición de Lorenzo. Es decir, después de sólo siete carreras de la temporada, el italiano tiene exactamente el doble que él, demasiados ya para pensar en una remontada en condiciones normales, me refiero a sin tener una dependencia directa de sus rivales, de que sean ellos quienes fallen al margen de pensar en su acierto. En el GP de Cataluña ha cometido un error fruto de su propio exceso de ganas. Ni siquiera un talento como el suyo es suficiente para obrar el milagro de ganar con una moto en inferioridad de condiciones, como es ahora esa Honda que ya el año pasado comenzó a flaquear.

Es así por un motivo obvio: Marc se enfrenta a unos contrincantes muy cualificados, en un excelente estado de forma y al manillar de sendas Yamaha que han dado un paso adelante significativo. Así que intentar mitigar las carencias de su moto puede tener consecuencias como las de Montmeló, rebasar los límites a este nivel acarrea unos riesgos altísimos y el ilerdense lo está comprobando como nunca desde que llegó a la clase reina. Es la única alternativa que le queda, no hay lugar para contemporizar con tanto déficit. Así lo hizo en casa: si le salía bien hubiera podido iniciar su recuperación, en caso contrario las complicaciones se multiplicarían, como ha ocurrido. Quizá a partir de ahora puede afrontar esta crisis con mayor tranquilidad y mejores resultados.