Alonso cierra su temporada en el mes de junio

No descubren nada las últimas declaraciones de Fernando Alonso, aunque no por ello dejan de resultar pavorosas. Sabíamos que esta temporada de Fórmula 1 estaba perdida para McLaren Honda, pero escuchárselo decir al asturiano con tanta contundencia es desagradable para cuantos le seguimos y esperamos verle pronto luchando en las posiciones que merece. A mitad de junio se acaba el Mundial para él, triste noticia por mucho que quizá ya en febrero intuyéramos que podía ocurrir algo así. Sigue hablando de una evolución sorprendente de ese monoplaza que no corre y además se rompe, pero yo sinceramente no termino de verla. El progreso lo deben de apreciar de puertas para adentro en Woking, porque ni los resultados, ni el rendimiento, ni la fiabilidad refrendan este optimismo a la vista de los demás.

Más inquietante incluso resulta que Alonso también diga que lo que viene a partir de ahora es una incógnita. Quiero pensar que se refiere a que desconoce el ritmo que serán capaz de imprimir a sus progresos, no a que ignora cuál será esa mejoría. La obligación ineludible del equipo británico y sobre todo de sus socios japoneses es acabar esta campaña con un coche competitivo, ya que de otro modo tampoco durante el invierno serán capaces de reducir la brecha respecto a la referencia, que no es otra que los temibles Mercedes. Porque, claro está, los demás no se van a quedar de brazos cruzados, así que el trabajo de los próximos meses será determinante para que 2016 sea radicalmente diferente para este proyecto. Yo por el momento he perdido la confianza, espero recuperarla a medida que esa evolución sea constatable y no sólo buenas intenciones. De ésas ya tuvimos a carretillas en Ferrari…