El Atleti evitó que pudiese venir al Madrid en 2011

Al término de la temporada 2010-11, casi todos dimos por hecho que el Kun acabaría en el Real Madrid. Florentino ya le había comunicado a Mourinho que iba a intentar su contratación. Eran los tiempos en los que el técnico portugués llamaba “gato” a Benzema, convencido de que le faltaba en ataque la agresividad que sí tiene, por ejemplo, Agüero.

El argentino dio un primer paso al emitir un comunicado en el que pedía al Atleti que le dejase libertad para cambiar de rumbo en su carrera profesional y marcharse a otro equipo (“espero que el Atleti acepte cualquier oferta, sin condicionantes”, dijo en su cuenta de Twitter).

Hasta el empleado más ingenuo del Calderón supo que el deseo del Kun era irse al Madrid. El chaval, por entonces tenía 23 años, se fue a jugar la Copa América (como ahora) y sus guiños al Madrid fueron constantes: “Me pone contento que Mourinho hable bien de mí”. Bruno Satin, director mundial de operaciones de la empresa IMG que poseía los derechos del Kun, daba pistas: “Si el Madrid estuviera dispuesto a pagar la cláusula rescisoria del jugador (45 millones), la operación podría llegar a buen puerto”.

Las encuestas demostraban que la mayoría de madridistas veían con buenos ojos el fichaje del Kun. Era el Galáctico del verano. Pero irrumpió Miguel Ángel Gil y se acabó la fiesta. “Sólo hay una opción de que salga. Que venga un club y abone por completo el importe de su cláusula de rescisión... y que no sea el Real Madrid”. Gil Marín apeló al pacto de caballeros que tenía cerrado verbalmente con Florentino. Los aficionados más radicales del Atleti habían lanzado amenazas, cada vez menos veladas, si se consumaba la marcha de la estrella rojiblanca al Bernabéu.

Florentino detuvo toda la maquinaria de la operación y entró en escena el Manchester City. Un año después, el Kun se sinceró en el Bernabéu tras jugar con los citizens: “No me quedó otra que irme a Manchester...”.