¡Sergio, quédate!

A lo largo de la historia del Real Madrid ha habido muchos jugadores que, a pesar de no haberse formado y crecido como futbolistas en la cantera blanca, han llegado a sentirse y a ser considerados de la casa como el que más, y a convertirse, en muchos casos, en los emblemas más históricos y representativos de nuestro escudo. Rápidamente se me vienen a la cabeza varios de los más grandes: Di Stéfano, Gento, Juanito, Fernando Hierro, Roberto Carlos… También Zidane, que a pesar de no haber jugado tantas temporadas en el club como otros, ha quedado ligado con letras de oro para siempre al nombre del Real Madrid. Los siguientes en formar parte de esta lista de elegidos deberían ser Cristiano Ronaldo y Sergio Ramos.

En estos días ha salido a la luz la noticia de la posible marcha del central de Camas. Pésima noticia. Malo para el Real Madrid y malo para el futbolista. Sergio está llamado a ser el próximo primer capitán de la plantilla si finalmente se confirmara la noticia de la salida de Iker Casillas. Ramos es un hombre que encarna y define todo lo que debe tener alguien que pisa el Santiago Bernabéu vestido de blanco. Posee una gran personalidad, un talento terrible, se deja la vida en el campo, se pega con el que sea, es un gran competidor y nunca se da por vencido. Me vienen a la mente imágenes del Sergio de la vuelta contra el Dortmund, de las semifinales contra el Bayern, del gol de la Décima… Es historia viva.

Entiendo que el profesional debe luchar por lo que crea justo para él a nivel contractual, pero hay casos en los que el corazón debe imperar por encima del resto. Este es uno de esos casos. Aquí a Sergio se le quiere y Sergio quiere al club. Hago un llamamiento a la reflexión por ambas partes porque tiene que quedarse sí o sí. Hay otros grandes equipos en el mundo, pero no son el Real Madrid.