Los guardianes del triunfo

El deporte español puede presumir de reinas. Dos son Mireia Belmonte y Carolina Marín. Las dos acudieron a los cursos de la Menéndez Pelayo de Santander, organizados por el CSD y acompañadas de sus entrenadores, para hablar de la cara oculta del éxito. Esta cara oculta tiene nombres: Fred Vergnoux en el caso de Mireia, y Fernando Rivas en el de Carolina. Son entrenadores, según les calificaron ellas, multiusos. Hacen de padre, amigo, consejero, taxista, de técnicos por supuesto... de cuanto haga falta, y no cabe esperar menos de alguien con quien se pasa ocho horas al día, compartiendo alegrías, penas, sacrificios, sueños, viajes... Carolina llegó a cifrar en un 50% la importancia de su entrenador en los éxitos que consigue.

El de Mireia también debe de andar por ahí. Vergnoux es un técnico cuyo listón lo tiene puesto en la máxima exigencia. Sólo Mireia aguanta sus planes. Son brutales, agonísticos. No hay otra manera de llegar a ser la mejor. Mireia sufre, pero los objetivos se cumplen. Se establece así una relación de confianza en el entrenador, que es la misma en el caso de Carolina. Por eso dice que si Rivas se ve obligado a irse por el conflicto que mantiene con la Federación, ella se va con él. ¿A dónde? No se sabe. Es un decir, que refleja el grado de dependencia que llegan a tener los deportistas con sus entrenadores. Ellos son, al fin y al cabo, los guardianes del triunfo. No andaba desencaminado el epígrafe del curso. Las medallas también son suyas.