¿El culpable? ¡Los dos!

‘La Catedral’. Llegamos a un mítico trazado que mantiene el espíritu de 1949, cuando se disputó la primera carrera en la que ganó Nello Pagani sobre una Gilera. Pero de eso ya hace unos añitos… Así que avanzamos hasta el fin de semana pasado. Muchas cosas son las que pasaron, una de ellas la que tienes en mente… (de la que hablaré más adelante). Sin duda, Assen ha dejado huella en el campeonato de este 2015. Solo aterrizar ya te das cuenta de dónde estás, del caluroso clima de España al bofetón de aire frío que da la bienvenida en el aeropuerto, y te preguntas: ¿esta gente tendrá también verano, no? Aunque podemos estar agradecidos del tiempo que hemos tenido durante los tres días ya que solo en un entrenamiento de MotoGP cayeron cuatro gotas, pero enseguida pudimos continuar con los mismos slicks. Tenía mis expectativas altas en este trazado ya que el año anterior conseguí terminar el primer entreno en la primera plaza. Disfruto mucho conduciendo en Assen, pero ya sabemos, MotoGP es un poco cruel y del negro al blanco puedes pasar por un pequeño error, así que, ¡a trabajar!

Buen inicio. Conseguí ser quinto en el primer libre y me hizo sentirme seguro y confiado. Empezar bien en un GP es siempre un golpe de seguridad para ti y para el equipo, se respiraba optimismo tras tocar fondo en Cataluña con la caída en carrera. Sabía que en condiciones frías el neumático más blando daría un plus a las Open y las dos Ducati y Suzuki, y no me equivoqué. Sudamos tinta para entrar en la Q2 mientras veía como mi hermano tenía que pasar por el infierno: la Q1. Se pasan muchos nervios porque no puedes fallar, la competencia no es pequeña y se hace duro, ¡lo vimos con Márquez en Mugello! Aleix logró colarse en la Q2 con un tiempazo. Pues si tenía alguna duda de lo duro que sería para nosotros… ¡ese tiempo lo ratificaba! Salimos a pista con el primer neumático y me sentía genial. ¡Bang! Un buen tiempo me colocaba delante solo empezar y con el segundo aún subía alguna posición más para terminar quinto. Delante de Lorenzo, octavo… ¡a menos de 0.1 de mi tiempo! Todo súper apretado. Me hizo feliz ver a Aleix salir segundo y yo quinto. ¡Dos hermanos saliendo desde las dos primeras filas de MotoGP! No es fácil. Sabía que habíamos hecho un buen trabajo y me fui a dormir a la ‘GProom’ satisfecho y seguro de mí mismo, como hacía tiempo que no me pasaba. ¡Estaba preparado para la guerra!

¡Sábado de acción! Suena raro, ¿no? Ha sido el último año que corremos el sábado, a partir del próximo se hará el domingo aunque… El sábado allí estaba. Sentado en mi pequeña minutos antes de empezar y dispuesto a volar y a vengarme por la carrera de Cataluña. Entre mi hermano y Marc veía como nunca el final de recta, podía tocar la primera línea y si salía bien podría engancharme a ellos en las primeras vueltas, y así fue. Una salida muy buena me colocó tercero al final de la primera vuelta. Era un privilegiado, qué bien se ven las cosas desde allí…

Carrera. Fue luchada como nunca, me recordó a las de Moto2 en grupo. Y me defendí bien, contra Crutchlow, Pedrosa, Smith, Dovizioso, mi hermano... Lástima que se escapó Iannone pero fuimos competitivos como nunca y logramos una meritoria quinta plaza. ¡Una mini victoria! Divertido fin de semana y mejor final para el último sábado de carreras en Assen.

El lío. Aquí esta el quid de la cuestión, la polémica, el nudo en la garganta de periodistas y seguidores divididos entre Rossi y Marc. Cada uno tendrá su opinión, influenciada por sus colores pero... ¿Cuál es mi opinión siendo imparcial? Bajo mi punto de vista se reduce todo a una pregunta, si eres Valentino cuando Marc te toca, ¿Cuáles son tus opciones? ¿Qué puedes hacer? Se limitan a una, ¡tirar recto! Peeero... no implica acelerar en el asfalto antes de entrar en la tierra para no perder tiempo (cosa que creo que tenía estudiada antes de la carrera), aun así, nos tenemos que remontar al inicio, si Marc no entra colado y le toca (últimamente en la última curva de la última vuelta a todo se le llama lance de carrera), Rossi no se hubiera visto obligado a tirar recto y no habría polémica. ¿Culpable? Los dos, pero más el que inicia la jugada: Marc. El Doctor sigue siendo ese pequeño demonio que parece tenerlo todo bajo control ¡aunque parezca que todo es fortuito!