Peter Lim se queda sin Amadeo Salvo

Peter Lim se queda sin Amadeo Salvo. Y sin Rufete. Y sin los ayudantes de éste. Hasta seis personas dejarán vacíos sus despachos en Paterna. Ellos han tenido más aciertos que errores. Bon vent i barca nova. Se la merecen. Se queda Nuno como juez y parte del primer equipo. Ya lo era. Los cambios estructurales que pedía en enero se han consumado. A él -como a todos- le interesa que la cosa funcione y no hay tiempo que perder. A 1 de julio hay un equipo Champions aún por apuntalar y desde la tarde de Almería ni una alegría se han llevado los aficionados blanquinegros. La que se queda huérfana hasta nueva orden es la Academia. Me consta que Layhoon Chan y Kim Koh buscan ahora quién cuide de ella. Me sorprende los correprisas de última hora, la verdad.

El Valencia es un club con vida propia y que va a una velocidad distinta a la de cualquiera de las otras sociedades del magnate asiático. Nadie es imprescindible y otro ocupará el puesto de Salvo, pero o Lim y Layhoon se enganchan al ritmo que marca el murciélago o, aunque sean gente de empresa, el tren del fútbol hará descarrilar su proyecto con ellos en el vagón de cola. En un club como el Valencia los incendios se apagan al momento y las decisiones se toman a ras de césped y con firmeza. De lo contrario, entre que uno va y vuelve de Singapur, no queda ni un rastrojo por arder. Ese es hoy el verdadero problema del Valencia, no el adiós de nadie ("Pasan los años, pasa la gente, jugadores y presidentes..."). Y también chirría ese hermetismo al que los acontecimientos convierten en ridículo y que daña la imagen del club. Mañana escribiré de Amadeo Salvo, merece un artículo aparte.