¿Por qué el éxito del baloncesto?

La explosión de la mujer española en el deporte se produjo hace tres años, cuando en los Juegos Olímpicos de Londres superó por primera vez en el medallero a los hombres. Pero bastante antes, la española comenzó a ganar medallas con regularidad en un deporte concreto: el baloncesto. Batir a las rusas o a las alemanas, de físicos imponentes y mayor cultura deportiva, parecía un milagro, pero acabó convirtiéndose en un hábito. Ahora a nuestras jugadoras no hay quien las baje del podio, y eso tiene su explicación. La Selección no la forma un conjunto de jugadoras que se reúnen cada verano para el campeonato de turno. En absoluto. Algunas han estado jugando juntas en las selecciones inferiores desde ¡1999!

Son los casos de Nuria Martínez y Lucila Pascua, campeonas de los Europeos Sub-16 hace 16 años. Desde entonces, menos Laia Palau, todas las jugadoras de la actual Selección han sido medallistas en los campeonatos de categorías inferiores. Alba Torrens, Laura Nicholls y Laura Herrera han formado equipo desde 2005, cuando ganaron el oro Sub-16, y Laura Gil ha llegado a acumular diez medallas. Las últimas medallistas en incorporarse a la Selección absoluta han sido Leticia Romero y Astou Ndour, 20 años ambas. No hay milagro, por tanto. Todos los veranos la Federación pone en marcha sus torneos de captación de talentos y, a partir de ahí, entran en las selecciones, que las mejores ya no abandonan. Todo es puro trabajo.