La Albiceleste quiere ser un equipo de leyenda

Argentina llega a la final de esta Copa América con la ilusión pero también con la conformidad de que este equipo sabe a lo que juega. Esta generación de futbolistas que lidera el mejor jugador del mundo, Lionel Messi, se encuentran en los picos de sus carreras. Ya no son las jóvenes promesas que obtuvieron hace diez años el Mundial sub 20 de Holanda, sino los hombres que ya disputaron mil batallas con la celeste y blanca. Messi y Mascherano forman parte del selecto grupo de los jugadores con cien partidos, pero Pablo Zabaleta acumula 50, y Sergio Romero, ya es el portero con más presencias en la historia de la albiceleste.

A diferencia de lo que sucedió en el Mundial de Brasil, Argentina llega a esta final en el punto máximo de rendimiento de sus jugadores. Mascherano y Biglia, son los escuderos de un equipo que se destaca por la paciencia para tocar la pelota y debilitar al rival. Di Maria recuperó su nivel y volvió a ser el win punzante que rompe defensas en velocidad, Agüero extendió su racha goleadora en la Premier a la selección, y Messi juega como en el Barcelona. Y lo importante: el crack ya no juega solo, sino con un ladero de lujo que hace el trabajo fino de los diez de antes. Y si faltan goles, Higuaín y Tévez han jugado poco pero han rentabilizado sus minutos en la red.

Martino les propuso a estos jugadores, estrellas en las principales ligas del mundo, un regreso a los orígenes del fútbol argentino. Y el convencimiento en una idea de juego fundamentada en la posesión y la elaboración de las jugadas fortaleció a los jugadores. Ya se entendían de memoria dentro y fuera de la cancha. Pero con un idea de juego que defiende la posesión de la pelota como bandera, los futbolistas de la albiceleste se sienten invencibles.

La albiceleste fue de menor a mayor en esta Copa América pero siempre monopolizando la tenencia del balón. Un debut con empate ante Paraguay. Muy trabajadas victorias frente a Uruguay y Jamaica, equipos que renunciaron a jugar. Y un partido casi perfecto con Colombia en cantidad de ocasiones de gol producidas, pero que solo logró sortear en la tanda de penaltis con el agónico gol de Tévez, agigantaron la sensación de que en esta Copa la celeste y blanca se preparaba para realizar una hazaña. Y rompieron con la falta de efectividad marcando seis goles en semifinales ante Paraguay. No marcó Messi más que un gol de penal, pero Argentina tiene un promedio de casi un gol por partido. Y es el equipo que más patea a portería.

Argentina llega a la final con el plus que da la convicción en el juego y en la eficacia. La obra esta casi finalizada. Faltan solo unas horas para el partido que esta generación de futbolistas soñaron. Con Messi como estandarte están a las puertas de hacer historia y romper la sequía de 22 años de la absoluta sin lograr títulos. Una vez más Messi se cita con la gloria. Y él y sus jugadores se han jurado ser leyenda.