Los tiempos han cambiado. Cuando la rumorología nos suelta ahora el nombre de Vidal, yo al menos me quedo bastante frío. Años atrás sonaba bien cualquier amago de crack que hiciera pensar que la colección del Bernabéu se enriquecía con una nueva joya. Pero eso nos ha llevado a una desnaturalización del equipo que hasta podría desembocar en un once titular con De Gea como único español en caso de que se consumaran las temidas salidas de Iker y Sergio Ramos. No voy a negar la fuerza, la presencia y la jerarquía de Vidal, el alma del centro del campo de la Juve. Pero no me gustan sus formas (lo de su escapada de la concentración de Chile fue sonado) y me da que en el vestuario traería más alboroto que alborozo. Sinceramente, no creo que este fichaje hiciera falta.

Sin embargo, sí que me ha gustado la política del club de repescar chavales que han pasado por la cantera. A mí siempre me llamó la atención Cheryshev, porque es eléctrico en la banda izquierda y está dotado además de una gran precisión en el pase. Aunque sea ruso, es madridista de corazón y su padre Dimitri le inculcó desde niño la pasión por este escudo. Yo que Benítez me lo quedaba. En cuanto a Casemiro, aunque en el Castilla sólo estuviera seis meses antes de dar el salto, destaca su perfil a lo Mauro Silva. Se matriculó en Dortmund y estoy seguro que esta temporada va a ser el ancla que nos faltó y nos llevó a la deriva la temporada pasada tras lesionarse Modric. Y Lucas Vázquez es una fiera por la banda derecha y dará que hablar. Más de estos y menos Vidales...