El pavés no dio de sí lo que esperábamos. El tiempo fue bueno, porque si hubiera llovido se podría haber convertido en un desastre, como cada vez que se pasa por los adoquines bajo el agua. En estas situaciones se suelen producir caídas, pérdidas de tiempo, y como espectador, me alegró que no se produjeran incidentes y que todos los grandes se librasen de percances. Ninguno de los líderes atacó en el pavés salvo Nibali, y otros muchos corredores que se defienden bien no se atrevieron a probar. Por ejemplo, se notó la ausencia tras su caída del lunes de un corredor como Fabian Cancellara, que sí podría haber roto una etapa en la que era claro favorito para llevarse el triunfo. Tony Martin sí lo probó, pero decidió esperar al final de la etapa una vez superados los tramos de pavés.

La falta de ataques en los adoquines vino bien a Contador, Purito y Quintana, y a ello hay que sumarle que ninguno de los dos ataques de Nibali en el pavés tuvo continuación. Me alegro mucho por Nairo y Purito, corredores que no se defendían bien en este terreno y que han superado la etapa del pavés con nota. Purito ha ganado opciones para el podio en París y Nairo tiene más opciones para ganar este Tour de Francia. El colombiano podía haber perdido una minutada en los adoquines, pero supo aguantar. Nairo me recuerda a Bahamontes. Como él, tratará de pelear el Tour en la montaña. Su terreno.