Ferrer ha hecho un gesto: se apunta a jugar la Davis contra Rusia en las quimbambas. Digo que es un gesto, porque no está claro que pueda jugar después de que renunciara a competir en Wimbledon por tener el codo lastimado. Pero lo suyo no deja de ser un paso al frente en momentos que se agradece cualquier muestra de ayuda. Apoyo, por cierto, que nunca encontró Gala León. En todo caso de lo que se trata es de cerrar filas y comenzar de cero para rescatar esa marca de Tenis España, a la que hacía referencia Nadal, de los bajos fondos. Porque fueron ellos, los jugadores y no Gala León, quienes llevaron al tenis español a esta situación convulsa y crítica de tener que jugarse el descenso a lo que sería la tercera división.

Ahora tienen que sacar adelante esta complicada eliminatoria, y Andújar, Gimeno-Traver, Marc López y Marrero han dado ese paso adelante junto a Ferrer, jugador, por cierto, bastante comprometido con la Davis, después de haber participado en el 76,9% de las eliminatorias posibles. De los que quedan, Feliciano López se casa, Verdasco asiste a la boda, Robredo está mal físicamente y Bautista se lesionó. ¿Y Nadal? Nadal, que precisamente no es asiduo a la Davis (ha sido baja en el 50% de las eliminatorias), anda con un problema serio según se desprende de las palabras de Conchita: “Pasa por un momento complicado y no entiende muchas cosas. Necesita parar y descansar”. La verdad es que esta vez tampoco estaba para jugar.