La bella (una insólita rabona de vaselina) y los bestias

Barras bravas. La violencia se ha tomado el fútbol chileno. Después de una Copa América en son de paz y feliz, de una ley con sólo un mes de vigencia (y más de un año de preparación) nacida precisamente para acabar con los episodios (comparativamente menores) que asomaban por esas canchas, los hooligans han decidido desplegar con saña su barbarie. Se pegan entre ellos, se enfrentan a la policía, siembran de terror los campos. Ya van tres partidos suspendidos de Copa por disturbios y una sensación de pánico e impotencia que tiene a todos en vilo. El fin de semana arranca el primer Apertura post corona de América y lo que se respira no es alegría sino miedo.

Jubero. Es el torneo mayor de América. Descuidado por un extraño calendario que le hace convivir durante dos temporadas diferentes, con jugadores distintos de una fase a otra, pero el mayor torneo de clubes. La Copa Libertadores conocerá esta semana a sus finalistas y un español autor de varios milagros (Corinthians y Racing eliminados) aún confía en producir otro. Es Fernando Jubero, el técnico del Guaraní, de Paraguay, que pese a la derrota por 2-0 en la ida en el Monumental, no renuncia a dar la vuelta mañana en el Defensores del Chaco y tumbar a River. No hay currículum como jugador ni como entrenador detrás de este scouting barcelonés de 41 años. Sólo muchas horas de estudio y observación y un gran espíritu aventurero. Llegó al Guaraní por amor, el de su señora, y hoy su romance es con todo Paraguay, al que tienen convencido e ilusionado.

Tévez. Otro romance, éste mayor. El futbolista de la gente volviendo a casa por amor de la gente de casa. Tévez renunció al Juventus, también al Atlético de Simeone, por el placer de volver a respirar 11 años después el aliento de La Bombonera. El sábado se estrenó y el reencuentro fue una ceremonia conmovedora. No anotó el Apache, pero gracias al empeño de sus compañeros porque lo hiciera, Calleri improvisó uno de los goles más hermosos e ingeniosos de la historia del fútbol: una vaselina de rabona. Falló lo fácil por intentar regalarle el tanto al hijo pródigo y resolvió tras el rechace lo complicado con una maravilla inolvidable. Preciosidades así te llevan de viaje a Europa.

Vidal. La cresta que pretendía Benítez se alejó del Bernabéu. La familia Vidal ha hecho las maletas, hasta el suegro, con destino Múnich, en la casa de Guardiola. Un destino que llena de satisfacción a Sampaoli (tratan de jugar a lo mismo), por más que en las autopistas alemanas no haya límite de velocidad.