Mercedes pone orden entre Hamilton y Rosberg

Siempre he sido partidario de las órdenes de equipo en la Fórmula 1, incluso cuando no estaban permitidas por la reglamentación. Pienso que es demasiado lo que se juega una escudería y sus socios como para arriesgarlo por los caprichos de sus pilotos. Defiendo, por supuesto, la rivalidad entre compañeros mientras que no se pongan en peligro las aspiraciones del grupo porque cuando se llega a tal extremo resulta obligado tomar cartas en el asunto para evitar que un tercero se beneficie del caos. Es justo lo que ha hecho Mercedes con Hamilton y Rosberg, que aspiran de nuevo a ambos títulos, pilotos y constructores, como ya hicieron en 2014 y con el antecedente de las desavenencias que surgieron entonces entre ambos.

Hace bien Toto Wolff en dejar las cosas claras entre sus dos gallos del mismo corral e incluso por escrito. Con ese documento que han firmado el británico y el alemán será la escudería quien tenga la sartén por el mango, si consideran que alguno incumple lo acordado se verán legitimados para tomar las medidas oportunas… y tendrán muy fácil influir en los resultados si deciden hacerlo. En todo caso, también pienso que el compromiso para Mercedes es peliagudo porque no me parece, al menos a día de hoy, que ningún otro piloto sea una amenaza real para sus ambiciones. Si nadie les inquieta, lo justo sería que Hamilton y Rosberg peleen sin limitaciones y en igualdad de condiciones, en beneficio del deporte y del espectáculo. Veremos cómo se desarrollan los acontecimientos a partir de ahora.