Fernando Alonso nos emplaza ahora al GP de Singapur

El inicio de la recuperación de McLaren Honda se ha ido aplazando una y otra vez. Tantas, que cuesta creer que llegue algún día, aunque preferimos pensar que ocurrirá por lo que de positivo supondría para Fernando Alonso. Ahora es el propio asturiano el que nos emplaza al GP de Singapur, el 20 de septiembre, dentro de tres carreras y con siete aún por disputarse, para empezar a vislumbrar una evolución real en este proyecto que ha nacido torcido como nadie pronosticaba. Habrá que confiar en que así sea, no queda otra y a él se le ve tan animado que invita a compartir su optimismo aunque los resultados y el rendimiento del monoplaza indiquen lo contrario.

Es posible que en la trastienda, en ese laboratorio de tecnología que es Honda, estén trabajando en una línea que les permita albergar tales esperanzas. Es mucho lo que deben hacer, el déficit es tanto que apostar por neutralizarlo se antoja como una quimera. Es más, visto lo visto quizá lo más oportuno sería ya que se centrarán más en intentar apuntalar el proyecto de 2016 que en salvar el de 2015, que poco arreglo tiene a estas alturas. Hungaroring debería ser el escenario propicio para cierto alivio, como ya ocurriera con Mónaco; casi una pista de kárting para estos coches, donde la potencia es menos trascendental y las manos del piloto, sobre todo si llueve, pueden maquillar algunas carencias. Pero después nos toparemos de nuevo con la realidad de trazados como Spa y Monza, que se presentan catastróficos para el renqueante MP4-30. Así que volvamos a dar ese voto de confianza al proyecto de Woking y ojalá, esta vez sí, en Singapur atisbemos luz al final del túnel. Aunque yo tengo muchas dudas, lo reconozco…