Benítez, entre Cristiano y Florentino

Hace menos de una semana, alguien preguntó a Benítez si Cristiano era el mejor jugador del mundo y la respuesta fue que era ‘uno de los mejores’. En el mismo viaje le equiparó con Bale, Benzema y James, los tres fichajes más queridos de su presidente. Pero he aquí que Cristiano le ha mandado a esparragar y de repente ha visto la luz: Cristiano es el mejor jugador del mundo, dijo ayer. Muy bien. Tal aseveración la respaldan sus dos últimos Balones de Oro. Se pueden discutir desde la excelencia incontestable de Messi, pero desde luego está codos por encima de esos a los que Benítez le equiparó.

Veo a Benítez con una pastilla de jabón en cada pie. Una se llama Florentino, la otra se llama Cristiano. No le va a ser fácil armonizar esos dos egos. Lo realmente malo para Benítez es que se le han visto demasiado pronto las debilidades. No es fácil entrenar al Madrid, no, pero todavía es más difícil si uno no se siente seguro del propio criterio, si se deja manosear demasiado pronto por los egos enfrentados en una casa tan grande. ¡Hubiera sido tan fácil decir el primer día que Cristiano ha ganado los dos últimos Balones de Oro! ¡Qué respuesta tan sencilla! Pero no se atrevió en su momento y...

Pasemos página. Hoy juega el Madrid ante el Manchester City. Ganando habrá obtenido esta especie de Carranza de las Antípodas que se ha ido a jugar a Melbourne, donde va a recaudar tanto como le ha costado la operación Lucas Silva, o un poquito menos. El Madrid ingresa mucho, de eso presume. Y más deberá ingresar, para seguir gastando como gasta. En busca de tanto ingreso se olvida del Trofeo Bernabéu, que parece que Florentino quiere eliminar a cencerros tapados. Nunca hay fecha. Aunque alguien me dice que sí, que ya ha encontrado una: el 30 de febrero. Todos los años.