Sin Tarrés, la sincro se nos para

Medallas de sincro en los Mundiales de natación las han ganado poquísimos países. Nada más que nueve desde que se celebrara la primera edición, allá por 1973. Estados Unidos, Canadá y Japón coparon los podios en los primeros años. Ahora lo hacen Rusia, España y China. Francia fue habitual en un periodo intermedio, Ucrania pretende serlo e Italia tiene apariciones esporádicas. En la sincro se habla mucho del estatus. A un país asiduo en el podio es muy difícil sacarle de él, pero como salga, será también muy difícil que vuelva. Nosotros nos encontramos ahora en un momento muy complicado. Después de seis Mundiales con 3, 4, 6, 7, 6 y 7 medallas en cada uno de ellos, respectivamente, comenzamos a cotizar a la baja.

Esther Jaumà, entrenadora del equipo, dice que “no se puede comparar este momento con el pasado porque sería absurdo, nuestro reto es crear un nuevo equipo, y en ello estamos”. La pregunta surge sola: ¿nos estaría pasando esto mismo con Anna Tarrés? Tarrés dominaba el medio como nadie, incluidos los jueces. Encontró un filón en Gemma Mengual, pero también hizo crecer a Paola Tirados, a Andrea Fuentes y a Ona Carbonell. Ahora todo es distinto, porque el reglamento ha cambiado, pero dudo de que esto hubiera supuesto una dificultad para Tarrés. Despedida por la Federación Española por el poder que llegó a tener y por algunas denuncias de las nadadoras, asesora al equipo francés. Esperemos que en los Juegos de Río no nos arrepintamos.