Un gran dilema: los cedidos

Fernando Morientes, ahora entrenador del Fuenlabrada, me comentó que a la vuelta de las vacaciones se asombraba de volver a ver compañeros que pensaba que ya se habían ido. “Pero, ¿tú sigues aquí?”, les decía. Es la incertidumbre y la mala vida del jugador cedido que acaba por no ser de ninguna parte. Casemiro y Cheryshev forman parte de esa especie. Tiene más probabilidades de quedarse el brasileño, que tiene más apoyos, ha completado un buen año en el Oporto y aún se recuerda su arrojo en aquella noche de Champions en Dortmund que pudo ser trágica. Casemiro no es Bender, ni Matuidi, ni Marchisio, jugadores que podrían interesar a Benítez para la plaza de centrocampista que necesita, pero juega justo en la posición donde el Madrid tiene más déficit, esa es su gran ventaja. Otra cosa es que tenga la calidad suficiente para jugar de forma habitual.

El caso de Cheryshev es más complicado, aunque el jugador ya ha dicho que quiere quedarse. Acertar con las cesiones no es fácil. Carvajal se fue para ser el mejor lateral de la Bundesliga y Morata para apear al Madrid de la Champions. Por eso hay que tener mucho tiento.