Ona Carbonell, la 32ª medalla

Segunda medalla para Ona Carbonell en los Mundiales de natación. En la sincro, a efectos de podios, se ha quedado sola. Nunca mejor dicho: plata el pasado sábado en el solo técnico, y ayer bronce en el solo libre. Ona Carbonell viene a ser la sucesora de Gemma Mengual. En talento, en esfuerzo y en éxitos. Gemma se colgó 39 medallas entre Juegos Olímpicos (2), Mundiales (20) y Europeos (17); Ona lleva 32 (2, 18 y 12, respectivamente). ¿Llegará a esas 39? Con 25 años, tiempo tiene por delante. Gemma comenzó a ganar medallas con 23 años; Ona, con 17. Cuando Gemma comenzó, todo era un terreno inexplorado. Ona partió con la ventaja de que cuando comenzó a competir, España ya era alguien en el concierto internacional.

Eso no le quita mérito, pues Ona representa el esfuerzo máximo en una modalidad de suprema exigencia, que obliga a una capacidad de sacrificio sin límites para llegar donde están las mejores. Eso las distingue del resto. A veces las consecuencias son muy duras. Lo ha comprobado Mireia Belmonte, ausente en estos Mundiales, porque corría el riesgo de romperse. Llevaba meses arrastrando una lesión, y si no paraba ponía en riesgo los Juegos de Río. Falta un año, pero es que la preparación comienza ¡un año antes! y hay que iniciarla en perfecto estado. De lo contrario no hay garantías de éxito. Así de desagradecido es el deporte de élite. Deportistas como Ona o Mireia saben lo que cuesta llegar. Reconocérselo es también la manera de agradecérselo.