Márquez, cada día más maduro

El palmarés de Márquez nos invita a menudo a olvidar que sólo tiene 22 años. Lleva ya muchos años en el Mundial y sus títulos avalan un talento inconmensurable, lo que no quiere decir que no le quede margen de evolución. Más bien lo contrario. Diría que una de las grandes cualidades del ilerdense ha sido siempre lo rápido que aprende, de lo bueno que le ocurre pero casi más de lo malo. Así que sigue madurando y en Indianápolis ha vuelto a dejarlo muy claro con su planteamiento de una carrera que no se presentaba fácil para él. Había hecho la pole, cierto, pero Lorenzo tenía muy buen ritmo y ganas de vencer para recortar su déficit de puntos respecto a Rossi.

Consciente de la situación, incluyendo el cambio de la pista por la temperatura inferior, Márquez se mostró paciente, dejó el control a su rival, esperó lo necesario y lanzó su ataque en el momento justo. Sabía que quizá sólo dispondría de un cartucho y dinamitó las opciones de Lorenzo con la maestría que le está dando saber leer las carreras cada día con más acierto y precisión. El resultado fue su tercera victoria del año, las mismas que el líder italiano, y la constatación de que hay que seguir contando con él en la lucha por un título que está difícil pero no imposible...