Mercedes acierta no confiándose

Toto Wolff suele hacer lecturas bastante acertadas de lo que sucede en los grades premios en general y en Mercedes en particular. No en balde dirige la escudería hegemónica en estos momentos en la Fórmula 1, así que algo del asunto debe saber... Y ahora dice que no piensan relajarse en el camino de su renovación de los dos títulos mundiales, pilotos y constructores, porque Ferrari no ha dicho su última palabra y la distancia es por ahora, obvio, remontable matemáticamente. Yo creo que, salvo hecatombe, el riesgo para sus lideratos no es real aunque sí me parece acertadísimo que Mercedes apueste por mantener la tensión en su proyecto y evite cualquier autocomplacencia que resultaría muy perniciosa para sus ambiciones.

Wolff tendrá que gestionar las fricciones que surjan entre Hamilton y Rosberg, como ya ha ocurrido, y es mejor hacerlo teniendo claro que como se enmarañen en trifulcas internas habrá quien estará al quite. Y la amenaza no llega desde cualquier lugar, viene de todo un tetracampeón mundial como Vettel y con un Ferrari que, sin ser el monoplaza plateado, sí es más solvente que el que padeció Alonso el pasado año. Jugar esa carta le dará a Wolff la capacidad de ponerles las cosas muy claras a sus pilotos, advertirles del peligro latente y verse así legitimado para ejecutar órdenes de equipo cuando lo crea necesario. Ya digo que me parece que no tienen demasiado que temer, sólo que aquello de curarse en salud es una buena costumbre incluso en las carreras.