González González no desentonó y estuvo valiente. Empezó consintiendo varias faltas que pudieron ser de tarjeta hasta que se vio obligado a sacar tres amarillas en los últimos cinco minutos del primer tiempo, ya que se endurecía el juego con entradas absurdas por detrás. Además, hay que añadir que en el 17’ no se la sacó a Luis Suárez cuando, con la manía que tiene de menear los brazos, le dio un manotazo a Balenziaga fuera del campo por el que mínimo tuvo que ver amarilla.

 Sin embargo, en el 40’, en la entrada de Pedro, sólo fue un simple forcejeo por la posesión del balón. También hay que añadir que en el 43’ no hay falta a Susaeta dentro del área cuando éste reclamó derribo. En el 52’, tras el centro de Sabin Merino, no hay falta de Aduriz sobre Mascherano porque estaba retrocediendo hacia atrás y choca con el delantero, que marca un gol totalmente legal. En el 66’ Alves, sin balón, intenta agarrar por la espalda y empuja a Etxeita derribándole dentro del área cuando el balón iba por el aire. González González no dudó ni un solo momento en pitar el penalti que también le estaba confirmando el asistente.

En el 81’, Luis Suárez reclama penalti por mano de Gurpegui dentro del área y lo cierto es que es el futbolista del Barcelona quien en un primer momento intenta llevársela con el brazo. El árbitro mandó seguir y acertó.

La verdad es que el resultado no refleja la intensidad del juego, con muchas entradas y donde González González supo ofrecer un buen nivel técnico y disciplinario, especialmente en la segunda parte. Acertó en todas las jugadas de apreciación y fue valiente en los momentos más importantes. Destacar la ayuda que tuvo en las bandas, donde los asistentes acertaron. Buen arbitraje.