Corazón blanco hasta 2017

Se acumulan las buenas noticias. Empezamos la semana renovando a Sergio Ramos hasta casi el final de su carrera. Después fichamos a Kovacic, el escudero que le faltó a Modric el año pasado con sus desgraciadas lesiones. Y rematamos la faena con la renovación de Pepe hasta 2017. Un baluarte espiritual, un capitán en el vestuario, un madridista que se ha hecho aquí de corazón. Él no nació en la cantera y no sabía lo que era el gen blanco cuando siendo un chaval abandonó su Brasil natal para irse a Portugal. Pero desde que fichó por el Madrid en 2007, se ha convertido en un centurión que defiende la causa madridista como si fuese un nieto de Don Santiago Bernabéu.

Pepe, como todas las personas de buen corazón y que actúan con pasión, está claro que ha cometido algún error en su carrera. Pero a diferencia de otros, y seguro que saben a quién me refiero, él nunca ha tenido problemas en reconocer sus errores y pedir perdón. La grandeza de Pepe es futbolística y personal. El vestuario le adora como si fuera un hermano. Su continuidad es estratégica para el club. Tenerle dos años más en la madurez de su carrera es una garantía para el futuro. Pepe es puro corazón blanco. Con gente como Pepe se puede ir al fin del mundo. Obrigado, campeón.