El Tour, cuatro semanas después

Los grandes del Tour vuelven a verse las caras cuatro semanas después. Froome, Quintana, Valverde, Nibali... Purito así lo recordaba en la presentación de la carrera: “Todos los que venimos del Tour...” Es un bonito reencuentro. Con ganas de revancha, y lo bonito es que todos en igualdad de condiciones. Va a ser una experiencia curiosa. Inédita incluso, porque se retan el podio del Tour, y también quienes se quedaron fuera de él por poquito o por circunstancias adversas. Cada uno vuelve después de una preparación singular. Unos han descansado más que entrenado; otros han hecho un descanso activo; hay quienes han afinado su puesta a punto de una manera especial. Es de lo que se trata. La resistencia ya la traen puesta.

¿Va a ser una heroicidad? No lo tengo tan claro. Los ciclistas han tenido más periodo de descanso (cuatro semanas) que de competición en el Tour (tres). Ahora afrontan otras tres, pero que no son tales. Ellos mismos se han encargado de que la crono de hoy no valga para nada. Se quitan las dos jornadas de descanso, la etapa de hoy, más la última que sirve de homenaje al ganador, y quedan dieciocho días de carrera, de los que alguno es de transición. Con más cansancio y desgaste mental que físico (así lo reconocía Valverde), lo que todos temen es despistarse y quedarse fuera de carrera por una tontería. Es lo que tiene la Vuelta con tanto final en alto y este año, además, inédito. Como para encima, poder resbalar en el albero. Por ahí no han pasado.