Sobre Benítez y sobre ganar y divertir

El nuevo Madrid de Benítez abre campeonato en El Molinón, donde se va a encontrar enfrente un equipo brioso, una ciudad entusiasmada por el regreso a Primera, y un ambiente en el que se coció aquel grito de “¡Así, así, así gana el Madrid!”, con el que el equipo blanco fue mortificado durante tiempo en muchos campos. Toda una prueba de fuego para Benítez, tras una pretemporada que ni fu ni fa. Este del Madrid ha sido un verano más soso que otros. Ninguna novedad llamativa, poca participación de Cristiano y cuatro partidos sin marcar un solo gol, cosa rara. A cambio, pocos goles en contra.

El aficionado está así, así. Es verdad que el Madrid ha ganado tres títulos, pero se ha echado en falta un juego más abierto y alegre, del estilo del arreón de Marcelo que provocó el tercer gol en el Trofeo Bernabéu. Benítez, buen entrenador, es más de cálculos y cuadrículas que de arrebatos. Me temo que sea entrenador a contraestilo del Bernabéu, donde gusta un fútbol de otra manera. Gran entrenador era Capello, dos veces estuvo, ganó en ambas la Liga y las dos, (y con distintos presidentes) se tuvo que ir. Si Benítez hace un fútbol demasiado pelmazo le agradecerán menos las victorias.

Y luego está el caso de Bale, que ya escuchó algunos pitos el otro día. Se sabe que quiere jugar donde le pone Benítez, justo donde menos lucen sus mejores condiciones, y donde más las de James e Isco. Se le empieza a mirar como un enchufado y eso es peligroso. En todo caso, el Madrid sale a esta Liga con una plantilla más maciza, en la que no ha perdido nada de lo esencial (de Casillas hay que admitir que ya no hacía los milagros de antaño) y sí ha respaldado el primer once con jugadores de más nivel en varios puestos que los había. Este es un Madrid para ganar muchos partidos. Lo de divertir ya es otra cosa.