Dudar es bueno. Porque impide que uno crea que ya lo sabe todo y empuja a intentar mejorar. Sin embargo, dejar dudas es muy diferente. Perjudica bastante. De ahí la necesidad de cortar de raíz todo tipo de interrogantes que provoca el Madrid de Rafael Benítez. La falta de gol que se ha visto a veces durante los partidos de pretemporada puede preocupar al aficionado acostumbrado a admirar la máquina goleadora madridista de las dos últimas temporadas. El Madrid de Carlo Ancelotti quería el control de la pelota y tenía claramente un espíritu ofensivo. Nadie ha olvidado esos resultados increíbles como, por ejemplo, los ocho goles marcados en Riazor en Liga o los seis de Estambul en Champions.

Será capaz Benítez de insuflar una filosofía similar o su voluntad de cuidar mucho el aspecto defensivo será un freno a la naturaleza del equipo? Creo que esta pregunta es legítima porque el nuevo entrenador viene con una fama, quizá injusta pero real, de técnico conservador. Por todo ello, este primer encuentro oficial de la temporada debe empezar a despejar las dudas. No sólo hace falta ganar en Gijón, sino marcar unos cuantos golitos, para saber que lo mejor de ese equipo sigue vigente a pesar del cambio.