La verdad es que las áreas han sido y son el punto débil de Estrada, que en muchos partidos acaba viendo estropeada sus actuaciones por este motivo. Y eso que sabe llevar bien la dirección del juego. Pero lo que cataloga a un buen árbitro es que sea valiente en las áreas, si bien alguna vez hay margen de error. Lo que no es de recibo es lo que sucedió en el 35’, un penalti claro a Cristiano no señalado. Sergio Álvarez, en un balón bombeado sobre el área del Sporting, agarró a Cristiano y lo volteó. Lo hizo cerca del punto de penalti y delante del colegiado, que estaba muy bien situado. Fue un penalti claro que Estrada debió señalar.

La polémica comenzó en el minuto 10 con una mano de Luis Hernández dentro de su área. La pelota le pegó en el brazo como consecuencia de un rechace. Pero fue totalmente involuntario. Luego, en el minuto 19 y 20, a disparos de Jesé e Isco, el balón dio en la defensa y salió a córner. En ninguna de las dos ocasiones señaló saque de esquina el colegiado.

En el 32’, Bernardo hizo una falta a Bale que era clara de tarjeta y no se la enseñó. En el 34’ llegó otra de las jugadas más importantes del encuentro. Sanabria remató de cabeza, la pelota pegó en el larguero y terminó botando en la línea de gol dejando la duda de si había entrado o no. Los jugadores sportinguistas pidieron gol de manera airada. Para que sea gol, el balón tiene que traspasar totalmente la línea, y las repeticiones demostraron que no fue así.

En la segunda parte se pidió tarjeta para Danilo, que cortó una contra de Jony. La repetición mostró que tocó balón y después al jugador, así que no hubo nada a pesar de las airadas protestas.

Por último, diré que descontar es una obligación del árbitro. Y cuando se pierde tiempo en el descuento hay que dar más. Desacertado arbitraje el suyo.