En el minuto 70 del partido de El Molinón, Rafa Benítez decidió sustituir a Isco para dar entrada a Kovacic (al que por cierto le sobraba una talla de pantalón). Muchos podrán pensar que fue pura casualidad, pero me preocupa la realidad que reflejaba el once titular que quedaba en ese momento sobre el césped: Keylor Navas (Costa Rica); Danilo (Brasil), Varane (Francia), Ramos (España), Marcelo (Brasil); Kroos (Alemania), Modric y Kovacic (Croacia), James (Colombia); Bale (Gales) y Cristiano (Portugal).

De los once, sólo un jugador español en el campo para hacer frente a ese Sporting de Abelardo que se nutre principalmente de canteranos y de la escuela de Mareo ante la falta de recursos económicos para mirar mucho más lejos. En el Madrid habían salido de titulares Jesé e Isco, pero ambos fueron los primeros relevados. Sólo la entrada de Carvajal por Danilo en el minuto 84 equilibró un poco esa balanza, pero lo seguro es que durante 14 minutos el once del Madrid sólo tuvo al capitán Sergio Ramos como representante español. Llama la atención, por ejemplo, que el Chelsea de Mourinho, que suele ser una pequeña ONU por la mezcla de nacionalidades que desarrolla en la confección de sus plantillas, jugase de inicio ante el West Bromwich Albion hasta con cuatro internacionales de la selección de Del Bosque: Azpilicueta, Cesc, Pedro y Diego Costa. Anoche mismo, el Arsenal salió al campo ante el Liverpool con tres españoles en el once titular: Bellerín, Monreal y Cazorla.

Ahora que lo pienso, menos mal que Ramos se quedó y renovó hasta 2020...