Golazo de Negredo y cinco en Champions

El partido de Mónaco empezó con un gol exquisito de Negredo, uno de esos goles que hace pensar cuánta exaltación no merecería de haberlo marcado algún otro. Es igual. Lo marcó él, fue un gol exquisito y alejó la meta perseguida por el Mónaco más allá de sus posibilidades. Gracias a ese gol, el Valencia estará en la Champions y por primera vez en la historia habrá cinco equipos de una misma Liga en esa soberbia competición. Los tres primeros, Barça, Madrid y Atlético, por coeficiente de país; más el cuarto tras ganar su previa, o sea, el Valencia; más el Sevilla, por campeón de la UEFA League.

Cinco, ahí queda eso. Reflejo del poderío de un campeonato al que ponemos muchas faltas, y así debe ser, pero al que en días como hoy debemos un reconocimiento. Pena que tardemos en arreglar lo que va mal. Envidio sanamente algunas cosas de la Premier. Su ‘look’ televisivo, el impecable verde de sus céspedes, los campos llenos, ese aire civilizado de los suplentes instalados entre el público, esa incertidumbre del resultado casi en cada partido, el modelo inglés de arbitraje, la conducta de los jugadores, que lo facilita, y que se ha mantenido aun cuando tantísimos jugadores llegan de fuera de allí.

Todo eso es mejor que lo nuestro y deberíamos afanarnos en imitarlo. Pero no hay que desdeñar otra verdad: La Liga tiene un muy mejor coeficiente UEFA y mete cinco equipos en esta Champions. El Valencia hizo un solvente partido en Mónaco. Marcó por delante, se sostuvo después, no pasó ningún drama para clasificarse. El Mónaco del canoso y admirable Toulalan y del joven e igualmente admirable Martial, que se da un simpático aire al ‘Príncipe de Bel Air’, tuvo que doblar la rodilla. El Valencia tiene jugadores, tiene estilo, tiene escuela. Y se quedó la plaza. Somos cinco. ¡Bien!