Kenia encabeza el nuevo orden

Transcurridos cinco días de Mundiales de atletismo y celebradas 22 finales, la mitad, Kenia encabeza el medallero. Seis oros, tres platas y cuatro bronces. Más oros y más medallas que nadie. El potencial de Kenia en las carreras de medio fondo y fondo ya era conocido, pero ahora extiende su hegemonía también por pruebas tradicionalmente dominadas por otros países como los 400 vallas y la jabalina. Las altas posiciones de Kenia en el medallero ya eran habituales —segunda en 2007 y tercera en 2009 y 2011—, pero nunca llegó a inquietar a Estados Unidos, líder en esas tres ediciones. Ahora Estados Unidos lleva sólo un oro, en peso, y si aún puede ganar más, Kenia también, con cinco pruebas por disputar donde tiene probabilidades.

No son sólo las medallas que luce Kenia. Son también las que hace ganar a otros países, con los atletas que cambian de nacionalidad. Tiene, además, decenas de corredores de primerísimo nivel que no pueden ir a los Mundiales debido al cupo de participación: tres atletas por país en cada prueba, más el campeón vigente. Esto convierte a Kenia en una potencia atlética sin precedentes, que se pone de manifiesto en estos Mundiales con la ayuda de la caída de Estados Unidos y la volatilización de Rusia —sólo lleva una medalla de plata— a raíz de los escándalos de dopaje, de los que, por cierto, no se escapa Kenia. Ayer se conoció el positivo de dos de sus atletas, que se unen a los quince que tiene sancionados. Ni siquiera ellos se escapan.