Siempre nos quedará París...

Muy pronto se jactaban ayer en la web oficial del PSG de aquella eliminatoria de 1993 en la que nos apearon de la Copa de la UEFA (4-1). Yo estuve como aficionado esa noche en las gradas del viejo Parque de los Príncipes de París. Recuerdo que Zamorano logró el gol de la esperanza casi al final (3-1), pero Kombouaré nos dejó sin palabras en el descuento. Es bueno que los franceses hayan sacado pecho. Ya veremos quién ríe el último. ¿Cuántas Champions tiene el PSG? Cero patatero. Pues eso. Menos lobos (o gallos, en este caso). Lo bonito será reencontrarse con Di María, del que prefiero acordarme de lo bueno que nos dejó: sus exhibiciones en Mestalla ante el Barça y ante el Atleti en la final de Lisboa. Se equivocó yéndose de aquí. Él lo sabe...

En el sorteo también nos tocó un equipotrampa. El Shakhtar juega en el destierro por culpa del conflicto bélico que asola Ucrania, pero lleva años proponiendo buen fútbol gracias a su afán por tener brasileños de calidad. Prohibido confiarse. Y cerramos grupo con la maría de turno. El año pasado fue el Ludogorets búlgaro, esta vez ha sido el Malmoe sueco. No olviden que este equipo nórdico fue subcampeón de Europa en 1979, perdiendo la final con el Nottingham Forest en Múnich por la mínima (1-0). Humildad y respeto a todos los rivales en un sorteo amable para Atleti y Valencia, aceptable para Madrid y Barça, y terrible para el Sevilla. El morbo viajará a Oporto y Londres para ver el duelo Casillas-Mou. Todos somos dragones...