Lo primero que te señalan cuando llegas a Turín, ahí arriba, es la Basílica de Superga, donde la tragedia del Grande Torino. Al Sevilla, sin embargo, el Piamonte le sabe a otra cosa. A la tercera UEFA que ganó en 2014 en el imponente Juventus Stadium, que esta vez visitará escuchando la música celestial de la Champions. El sorteo fue un serio revolcón para el Sevilla, que se presentó en Mónaco con una idea inicial de carrera de media distancia, pasar primera fase y ya veremos, y salió del Fórum Grimaldi sin corbata ni chaqueta. Desbarre en la fiesta y que sea lo que Dios quiera.

Sobre el papel, el Sevilla no debe pasar. La Juventus es número 8 del ranking UEFA y reciente finalista en Berlín. Y eso, por más que ya no estén Pirlo, Tévez y Vidal, pesa. Hola, por cierto,. Morata. Qué lejos quedan aquellos días en los que estuvo a un AVE de ser sevillista por dos veces. La primera de ellas, el Madrid y el jugador pidieron jugar un mínimo de partidos y ahí terminó la historia. Ahora Morata es Llorente. Ciao, Fernando. El City, que estuvo flirteando con Emery en primavera, aparece por el puesto 17 de la tabla. Especialista en grupos de la muerte, este año ha empezado serio y con pulso. Dinero siempre lo tuvo y por castigo. Este año Otamendi, Sterling y muy probablemente De Bruyne. Nervión aplaudirá a Navas, prodigio físico de la cantera que luchó contra sus miedos y pasó de las chucherías y los futbolines de Los Palacios a la opulencia del jeque. Habrá aplauso para el “niño”, como le llaman con cariño todos los que le quisieron de verdad en sus peores momentos. Hasta llegar al Moenchengladbach, 49 del ranking europeo pero histórico al que se agradece ver en el jardín de los ricos, ya hemos consumido el artículo. El Bombo 3 fue diabólico, pero que salga el sol por Antequera.